miércoles, 21 de enero de 2009

Algunas notas del 2008( Román Vs. plateista)

Más que un insulto.

Por Carlos Aguirre.

El domingo se jugó uno de los partidos definitorios del Torneo Apertura. Boca era el favorito ante Racing y necesitaba ganar para no correr riesgo de perder la punta después de remontar un campeonato que parecía perdido. O peor aún para que no le suceda lo mismo que le ocurrió con Estudiantes unas temporadas atrás. Es por esto que en el segundo tiempo, cuando el encuentro estaba empatado, un chico desde la platea le reprochó a Riquelme una pelota que perdió y no hizo méritos para recuperarlas.
Román en medio de todo lo que se jugaba en esos minutos y los susurros que empezaban a caer cuando una pelota se perdía, escuchó al joven y lo desafió diciéndole: “¿Ah sí?”. Lo siguiente es historia conocida: Boca ganó con dos goles de Riquelme y en el festejo se lo dedicó a este chico insultando a él y a su familia.
Este tema que parece tan común en el fútbol argentino, inmediatamente, por ser Boca y Riquelme, tuvo repercusiones en todos los medios. Hasta la justicia se involucró. Que en horas en donde está en discusión la edad de imputabilidad, o temas más importantes como la delincuencia, se preocupa por resolver esto con mayor inmediatez. Cuando lo más lógico sería dejar al club que solucione esto, por ejemplo no dejando entrar al joven por un tiempo y multa para el jugador. Como se hizo por ejemplo, en un caso más grave, con las Chivas de Guadalajara por Copa Libertadores.
Otro punto clave son los “derechos” del espectador. Hasta qué punto puede llegar la persona que paga 20, 30 o 100 pesos una entrada. Por más dinero que se abone, no hay por qué insultar o tirar objetos a alguien, que en definitiva, hace su trabajo. Que como todos, hay días que lo hace bien, y otros no. Lamentablemente esta es una costumbre típica del argentino: creer que porque se paga se puede hacer de todo. Lo que sí podría es protestar si le ofrecen un servicio de atención malo, o el lugar no esta en condiciones de recibir espectadores. Pero reclamar, no violentar.
También es cierto que el chico de algún lado sacó la costumbre de insultar a un jugador cuando hace bien las cosas. La pasión con la que se vive en Argentina el fútbol, como si fuera algo de vida o muerte, hace que estos hechos sean muy comunes. No es raro ver a los padres incitando a sus hijos a maltratar a los jugadores. No es sólo un caso más, es la reiteración de inconducta y falta de educación propia de una población que se asemeja más a una horda que a una sociedad.
Otro mito es que hay que defender al espectador porque pagó un abono y es el que “da de comer” a los deportistas. Algo totalmente falso. Ya que ni llenando el estadio alcanza para pagar el sueldo de las grandes figuras. Son los Sponsor y las ventas las que aportan para esto.
También se habló de multa. Lo lógico sería que no sólo Riquelme sea el damnificado. Que el chico que accionó primero contra él reciba una sanción. O que los que estaban alrededor del joven que lo empujaron y golpearon también estén en la causa.
Al ser un país facilista, lo primero que se discutió fue la reacción de Riquelme. Cuando en realidad hay algo mucho más profundo e importante como la conducta de los jóvenes. Que también hay otro mito que se derrumba: los problemáticos son los de la popular. Cuando en realidad cada vez hay mayor violencia en todos los sectores sociales, y de seguir así el fútbol va a tener en sus tribunas solo a barras bravas.

Algunas Notas del 2008

Ser una nación es cada vez más una utopía.

Por Carlos Aguirre.


La Argentina está llena de grandes enfrentamientos. Desde Unitarios y Federales, hasta Montoneros y Ejército. El nuevo milenio no pierde esos rastros de ruptura en la sociedad y apareció uno nuevo, que para muchos, es el mayor enfrentamiento de poderes en la historia del país: Gobierno versus Campo.
Analizando las dos posturas, hay puntos en que ambas tienen la razón. No se puede negar que el Campo es el sector que históricamente ha hecho grandes aportes a la economía, y por el cual Argentina se dio a conocer mundialmente como "el granero del mundo". Pero tampoco se puede barrer bajo la alfombra que el agro aplaudía de pie las decisiones de "vender" el país en los 90, porque ellos se veían favorecidos. Así como también estarían involucrados en la etapa más lúgubre de Argentina al ceder sus tierras para hacer desaparecer vidas.
En la otra esquina el Gobierno. Que seguramente haciendo un racconto del mandato son más las malas que las buenas, sobre todo en el último periodo, con los datos de inflación y pobreza "maquillados", con decretos absurdos, como lo es el nuevo Plan de Educación. Pero tiene una gran mérito, atravesar la crisis del 2001, cuando había economistas europeos que proponían dividir al país en dos: Norte y sur, porque era imposible que se recupere de ésa situación. Sin embargo, en contra de todos los pronósticos, Argentina supera insólitamente otra crisis, y hoy está ante la oportunidad inmejorable de afianzarse y ser protagonista en el mundo. Si Usted está pensando porqué se menciona al mandato anterior, es simple, porque hubo cambio en los nombres que salen en público, no en el que da las órdenes.
Nadie duda que se esté pasando por la etapa más dorada de la historia, más que en los principios del siglo pasado. Todos saben que el mundo demanda alimento y que nosotros tenemos los recursos para proveérselos. Que además la entrada de los chinos con sus dos mil millones de habitantes al mercado revolucionó totalmente a todos, y otra vez Argentina se ve favorecida al ser uno de los principales exportadores de cereales. A pesar de estos conocimientos, no hay una persona que deje sus intereses personales de lado para pensar en el futuro, en crear un país de primer mundo: una verdadera nación.
Cada uno se mira su bolsillo. Cuando hubo que salir a “apoyar” al campo todos estaban de acuerdo hasta que faltó alimento y los precios subían, a partir de eso, como por arte de magia, nadie ratificaba las protestas. No pasa sólo en la cuidad. Dónde estaban los agropecuarios cuando los maestros reclamaban sus derechos o en los paros de los médicos. Por eso es que nunca se pudo crear un país serio, porque todos piensan en el beneficio propio y no en el de la sociedad en general o, por lo menos en el futuro de sus hijos y nietos.
Estados Unidos en 1930 superó la crisis con un gobierno que daba préstamos para que la población gaste, que genere un movimiento en el marcado interno y así poner de pie al país. Europa pasó por algo similar después de las guerras. Está claro que cuando una sociedad tiene trabajo y dinero, vitaliza la economía. Esto es lo que hizo el exterior y es lo que se está intentando acá. Sólo que con algunas “sutiles” diferencias, la población está cada vez más dividida y nadie piensa en progresar. Además de estar paralizado muchos sectores que, directa e indirectamente, se relacionan con el agro, y que hacen que el marcado interno se desvanezca. Esto sumado a la que la mínima gente con intenciones de invertir, se siente insegura ante esta situación que, a pesar de ser una gran oportunidad para mejorar, hay dos fuertes proyectos de país que en lugar de unirse y actuar, confrontan para ver quién tiene más poder.

Algunas Notas del 2008

Nogués Sud: el segundo hogar.

Por Carlos Aguirre

La falta de política deportiva es uno de los temas más hablado en el último tiempo. Es cierto que Argentina tiene problemas a resolver de mayor urgencia como el hambre, la desocupación o la inseguridad. Pero también esta comprobado que la competencia, el jugar y compartir diferentes situaciones no sólo ayudan en algo tan importante como sacar a un chico de la calle, sino que además colabora en la formación como persona. Malvinas por supuesto no escapa a esta realidad, es por eso que aparecen centros barriales que a puro pulmón trabajan para brindarle a los jóvenes un lugar en donde puedan empezar el camino para cumplir el sueño de muchos: llegar al profesionalismo.
Nogués Sud es un club de fútbol creado hace ocho años. Hoy junta entre sus seis categorías (desde la 2000 hasta la primera) a más de 150 chicos. Uno de los fundadores, que aún sigue colaborando, fue Enrique Pérez. En medio de saludos y abrazos con el que los chicos lo reciben a la entrada de la Sociedad Alemana, lugar donde entrenan, él reflexiona y dice: “esto es un cable a tierra para nosotros.” Y reconoce cuál es la función principal: “Mas que nada es una escuela de formación. Todos no van a llegar, lo primordial es moldearlos como persona.” Para ratificar totalmente esta ideología, orgullosamente acota: “jamás tuvimos ningún problema de conducta”
Esta bajada de línea es para todos. A los padres también se les pide colaboración en la disciplina. “Al principio eran de hostigar al árbitro, se enojaban más ellos que los hijos. Pero con los años cambió todo, hoy es muy raro que halla un inconveniente con los papás”. De esta forma existe una unión muy importante entre padres y profesores que hace que el club además de ser un lugar para entrenar, sea casi una segunda familia en la que todos aportan para la educación del chico.
En lo estrictamente deportivo, el rendimiento de las diferentes clases está bien aceitado. Pelean por los primeros puestos en 5 de las 6 categorías. El equipo con buena conducta e izando la bandera del fútbol Menotista se fue convirtiendo con los años en uno de los principales protagonista de la Liga Escobarense y por supuesto del distrito. Eso sí, no todo es tan lúdico, hay una gran exigencia de los entrenadores para con los chicos en “que tengan buenas notas en el colegio, de lo contrario no juegan”
Pero no todo es color de rosa. Uno de los mayores obstáculos es que no poseen cancha propia. Cuando el Polideportivo está disponible, pagan un alquiler y lo usan, pero si por alguna razón está ocupado, se las tienen que ingeniar para buscar un lugar. Es ser siempre visitante.
Otro gran problema es que se necesita de un buen capital económico para mantener el club. Más allá de que los chicos pagan una cuota, esto solo no alcanza para cubrir los gastos que tienen. La renta de la Sociedad Alemana, el Polideportivo y la matricula para ocupar una plaza en los torneos son algunos de los gastos y que a veces se les hace imposible cubrir ya que superan los $3000. Sería redundante aclarar que el imaginarse vivir de esto es una utopía.
También estaría de más mencionar que es mínima la ayuda por parte del municipio. “Tampoco nunca se insistió demasiado” aclara Enrique con respecto a este tema, que al rato rememora y aclara: “lo único que recibimos de la Municipalidad son colectivos para viajar cuando hacemos de visitante”. A pesar de esto no pierden las esperanzas y anhelan poder conseguir en este año alguno de los subsidios que otorga la nación.
Es por todo esto que todo el grupo del club Nogués invita a la sociedad Malvinense a “colaborar con esta causa. Toda opinión y colaboración es bien recibida, desde algo tan simple como pelotas y materiales deportivos hasta una idea de cómo conseguir algún lugar para hacer de local.”


Nota publicada en la Revista Malviticias en Octubre del 2008.

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